martes, 5 de enero de 2010

La muertos célebres y el periodismo

Una de las peores tiranías del periodismo es la inmediatez. El tener la información y toda su producción lo antes posible. No se si tanto para informar como para competir, pero todo tiene que ser ya. Entonces pasan cosas como tener de antemano todo el especial sobre personalidades públicas que, presumimos, están a punto de morir. El riesgo, claro, es cometer graves errores como el de Clarín, que vaya uno a saber por qué publicó la muerte de Sandro, y todo su material ya preparado, el 21 de noviembre, más de un mes antes de su muerte verdadera. Ahora que murió, usó el mismo especial, y trató de zafar cambiando títulos, epígrafes y fotos. Tanta fue la inmediatez que hasta se olvidaron de cambiar los tiempos verbales.

Como Sandro, hay muchas personalidades de las cuales los periodistas ya tenemos toda la necrología armada, la galería de fotos de su vida y trayectoria, los videos, las anécdotas, las frases célebres y no sé cuánta información más, para aprovechar la inmediatez en el momento en que finalmente se decidan a estirar la pata. Un caso: Maradona. Cuántas necros y recopilación de su paso por esta vida habremos escrito esperando su inminente muerte. Sin embargo, ahí está: vivito, coleando, dirigiendo la Selección y polemizando.

El año pasado esta lógica del ya mismo nos jugó varias malas pasadas: muchas, muchísimas fueron las muertes inesperadas de personalidades públicas que no nos dieron tiempo a tener armado nada de antemano. Y así estuvimos, a último momento, armando la muerte de Fernando Peña, Michael Jackson y otros tantos. A Sandro todos los teníamos ya por muerto, en parrilla, archivadito y esperando el momento para el zarpazo final. Y así nos fue. Errores, como el de Clarín, lo explican mejor.

1 comentario:

Ulschmidt dijo...

Claro, toda necrológica es una inversión segura, sobre todo para gente que ya no se espera que cambie. Mire si Sandro se declaraba gay veinte días antes de espichar, cuánta biografía arruína!