Ya no escucha nada, casi ni siente nada. Hay que arrimarse y tocarlo para que se de cuenta de la presencia de alguien y empiece a mover la cola. Entonces sí, se despabila, se para, busca los mimos, ladra, juega, saltimbanquea y todo. Con la panza hinchada por no poder orinar, con las pastillas que toma de mañana y tarde, con los dientes ya caducos y con su intacto gruñido cuando el más joven se le acerca. Va y viene, corretea, olfatea el asado y es capaz de desvelarse toda la noche si hay gente despierta, como queriendo bailar, guitarrear y contar chistes con los comensales de un sábado a la noche. Entonces, ¿quién puede imaginarse que estuvo a punto de morirse varias veces en los últimos dos años? Quince años tiene este pirata. Quince años de viejo maltrecho que se empeña en seguir viviendo. La veterinaria dice que su estado es como para sacrificarlo, pero que su ánimo es claro: disfruta de mover la cola cada vez que alguien se arrima a despabilarle la vida.
Una y otra forma
Hace 1 mes
4 comentarios:
No se que decirte, pasé por esto 4 veces (2 gatos y 2 perros) en menos de dos años y lo único que te puedo recomendar es que lo disfrutes al máximo de su fuerza y le des pequeños gustos. El ponerlo a “dormir” dejalo como última opción o si está sufriendo.
Ánimos y mucha fuerza!
¡Ese viejo barrigón nos quiso robar la carne Lore! jajajaja.
Besos.
y aunque suene cursi te lo digo igual, tengo los ojos llenos de lagrimas... a mi la vida me lo arranco de un tiron... vos que lo tenes disfrutalo a pleno mientras el siga disfrutando de mover su cola y robar asados :) un abrazo
Mi amor!!! si me parece estar viéndolo... se merece el cuidado y el amor que le están dando..
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