lunes, 17 de agosto de 2009

Agua

¿Llueve? No, no llueve. Pero se escucha clarito: cae agua, mucha agua, como una catarata. Clarito, clarito, a pesar de estar en un 10º piso y de que la ventana dé a una avenida ultra transitada. ¿No serán los autos? No, no son los autos. Es agua, y no viene del cielo, ni hay un camión hidrante, ni nada de eso. Es la fuente del edificio de enfrente. ¿Me estás jodiendo? No, no te estoy jodiendo. Hay una fuente en el patio delantero del edificio de enfrente. Y se escucha clarito: atraviesa el sonido infernal del tránsito, de las bocinas, del embotellamiento, de los autos y hasta de los camiones que van al puerto; sube y sube hasta el 10º piso, entra por mi ventana y se queda ahí, al ladito nomás, en la oreja de uno. ¿Estás fumada? No, no estoy fumada. Pero esa fuente casi casi provoca eso.

5 comentarios:

Facundo Martín dijo...

Ya dijo Gregorovius que la acústica era una ciencia sorprendente...

saludos desde Ramos..

Diego dijo...

La fuente, la fuente, parate ahí, no, un poco más adelante, atrás, ahí, ¿la escuchás?, no, no la escucho, ¿en serio?, sí, parate ahí, ¿la escuchás?, no, ¿de dónde viene?, de ahí, de ahí enfrente, ¿la escuchás?, no, sólo bondis, ¿qué fuente?, la fuente, la fuente, ¿la escuchás?, sí, sí, ahí sí, ahora nunca vas a poder dejar de escucharla...

Lorena Tapia Garzón dijo...

Sorprendente, Facundo, es cierto...
Dieee, me había olvidado de esa última frase, sino la ponía de una.

Ulschmidt dijo...

Es porque la fuente está quieta. Los autos se mueven y el efecto doppler produce una variación en su frecuencia que los distingue en cambio la fuente... o bien un particular disposición geométrica de la arquitectura produce una serie de ecos que llega hasta su departamento...
La Yacurmana, diosa diaguita del agua, también podría estar enviándole una señal.

Anónimo dijo...

No se porque efecto será, pero reo que al principio debe estar bueno escucharla... desp, me darían muchas ganas de que pare e algún momento!
Adri