Hay cosas, personas, momentos o acontecimientos que parecieran pasarnos por las narices casi por inercia sin que siquiera las miremos. Pero a veces, también, las vemos, las sentimos, las percibimos, y las dejamos pasar como en una cinta de equipaje (como dice un amigo). Entonces siguen su rumbo, a veces para volver y volver y volver, hasta que un día no regresan más. Y entonces, sí, qué boludos fuimos.
8 comentarios:
Qué lindo volver a leerte, Lore. Qué buen pequeño relato de las cosas que se nos pasan como en una cinta de equipaje (me encantó la analogía). Beso grande!
Muy lindo. ¡Qué fácil es convertirse en una cinta para equipajes! Buena advertencia.
Dejamos pasar las cosas pensando que siempre estaran o volveran. Me pasó muchas veces, hermoso el relato, para comprometernos a ver que hay cosas importantes que nos pasan y que nos modifican aunque no nos demos cuenta. Besos Pilar
Muy bueno! Coincido.
Besos.
Así dejamos pasar una y otra vez las oportunidades en la vida… muy triste y cierto...
Por eso hay que estar lúcidos, atentos, con las antenitas bien paradas... Velad, velad, velad!
A veces ganas...a veces perdes...a veces te quedas en un lugar...a veces desapareces...a veces volves...y si volves, volves para jugar. Recien ahi te das cuenta, a veces ganas y mas veces perdes...pero siempre volves a empezar...
Como no me quiero subir a la cinta de equipaje, firmo.
Corto, pero no menos efectivo.
Sintético, pero no menos preciso.
Breve, pero jamás erroneo.
Leyendo a gente como vos y como el resto de tus "blogsamigos" es que uno aprende. Por eso, agradecido! Besote!
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