viernes, 24 de julio de 2009

Las escapadas de mi viejito cabrón

1- El muy cabrón se escapaba y me seguía al colegio. Tenía que hacer malabares para despistarlo y evitar que entrara. Pero se las ingeniaba, a pesar de que le cerraba la puerta en la cara: daba la vuelta a la manzana y entraba por la otra entrada. Me daban ganas de matarlo, porque tenía que salir de clases, retarlo y convencerlo para que volviera a casa. Un día, en pleno examen final de una materia, el preceptor vino a buscarme: “Srta. Tapia Garzón, ¿podría sacar a su perro de la Rectoría?”. Cuando entré a la sala, estaba el muy cabrón moviéndole la cola a una endiablada rectora que no paraba de gritar para echarlo.

2- Un día vinieron mis compañeros del secundario a hacer un trabajo a casa. “Tu perro está en la avenida toreando a los colectivos, lo van a matar”, dijo uno de ellos. Salí a buscarlo, pero no lo encontré. El muy cabrón a veces se alejaba tanto que uno no sabía por dónde andaba. Pero a la tardecita siempre volvía. Rasgaba la puerta de entrada para que le abramos. Ese día no volvió. Ni al día siguiente. Ni al siguiente. Lo buscamos por todos lados, hasta en los alrededores de la avenida, pensando que quizás lo habían atropellado. Pero nada. A la semana habíamos perdido las esperanzas y empezamos a llorarlo. Era una mañana de un invierno tan frío como el de estos días. Amanecimos con su rasguño en la puerta y su llantito agudo. Traía puesto un pulóver ajeno.

3- Hace poco cumplió 15 años. Estaba sordo, casi sin dientes y con una afección cardíaca que lo cansaba demasiado cuando caminaba mucho rato. Pero seguía siendo tan entusiasta como aquellos años en los que me seguía al colegio o se metía en mi cuarto a marcar territorio en la pata de mi cama. El muy cabrón, mi viejito cabrón, se volvió a escapar hoy. Pero, esta vez, se escapó para siempre.

10 comentarios:

Malena dijo...

Todos estamos muy tristes. Otelo duerme a su lado, tal vez creyendo que si duerme "el viejo cabrón Drake" va a seguir durmiendo, nomás. ¡Vaya uno a saber qué piensan los perros! Pero lo dejamos que crea, hasta que vengan a buscar su cuerpo dormido. Después, todos nos vamos a dar cuenta con él que no va a despertar más. Un beso, hijita. Malena

Fernanda. dijo...

Se fue el viejo!... qué triste es Lore cuando tenemos que despedirlos. Casi me hacés llorar, tonta!.
Me acordé cuando le tuve que armar la valija a Homero... que era tan cabrón y huidizo como tu gordo.

Besos Lore.

Pobre Otelo... debe estar tan triste.

Martín dijo...

Que lindo post, Lore. Se siente mucha tristeza cuando se van...

Abi dijo...

Lo que provoca un animalito, no?
Fue feliz, eso seguro!

un abrazo

Diego dijo...

Linda historia. Triste, pero muy linda.
En serio que tu relato emociona.
Besos,
Diego.

Anónimo dijo...

No puedo evitar una sensación de congoja al leer lo que escribiste Lore... y si, me acuerdo de muchas cosas del dreik.. la verdad, es que la vivió el muy cabrón! te quiero!!
Adri.

Anónimo dijo...

Muy triste ,abrazos
Paula

Pedro Noli dijo...

Los siento. Un abrazo, Lore.

Lorena Tapia Garzón dijo...

¡Gracias por los mensajes! Era un viejo cabrón, gruñón y atorrante, pero tan lindo y chocho con vivir...

NOELIA dijo...

QUE HERMOSA Y TRISTE HISTORIA, ERA UN TREMENDO, PERO QUE FELIZ FUE, TUVO UNA FAMILIA Y A LA VEZ TUVO LIBERTAD. QUE HERMOSA VIDA TUVISTE PERRITO. SEGUI JUGANDO EN EL CIELO DE LOS PERRITOS.