Muda. Dejando que la vida se amontone en cajas, cajones y bolsillos. Pero muda. Rememorando en cada pelusa el plumazo de las idas y las vueltas y las partidas y las quietudes. Muda. Mira el escobazo de la incertidumbre y juega a soportar. Pero muda. Se angustia y coquetea con despertar en la intemperie, en techos de paja que el viento desteje. Muda. De callar, de esconder, de pretender y no decir. Pero muda. De mudar, de buscar las palabras, los espacios, los instantes en soledad. Muda. El secar de las medias en el baño, la tarde lluviosa, la humedad en la alacena, la tibieza de sus pies enredados. Pero muda. Las noches en silencio, el bullicio del viento, la letanía del departamento. Muda. El reflejo de los autos en el cielorraso, los domingos de candombe, la plaza triste en las mañanas, el andar apresurado. Y se muda, de Tucumán a Buenos Aires. De Coghlan a San Telmo. De San Telmo a Boedo.
8 comentarios:
¡Qué lindo, Lore!
Bienvenida!
(Los silencios me aturden. Me dan miedito)
A reinventarse!
San Telmo es el lugar mas lleno de magia que existe en capital.
Cuando hagas escala en Palermo te invito a pasear jajaja.
Que el ruido de los autos y la suciedad que predomina no te de una idea errónea del lugar, jajaja…somos sucios, ruidosos y bastante mal llevados…hablo x los de Capital.
Saludos y suerte!
Algo empieza en cada mudanza, no? Que disfrutes tus días en Boedo. Beso, amiga.
Clap, clap, clap. Nada más.
Mudar es cambiar... Ahora, a llenar de historias el nuevo hogar.
Besos, Lore.
Salud por el nuevo hogar! pronto ire a conocerlo. besos
Publicar un comentario