Me gusta el Carnaval. Me gustan sus colores, sus ilusiones, su música, su alegría en incansables horas y horas, su ironía, sus ritmos, sus simbologías, sus ritos. Me gusta el Carnaval y su baile, comparsas y corzos, sus diablos y bufones, el ajetreo de las caderas, sus brillos y tambores. Me gustan su mezcolanza y sus olores a choripán, albahaca, talco perfumado, pintura, traspiración, vino, espuma, tierra y ropas pegoteadas. Me gusta el Carnaval en todas sus variantes, y si fuera por a mí recorrería todos los Carnavales del mundo, probaría sus diferentes tinturas y sabores, festejaría con cada una de sus identidades e historias, me enredaría con todos sus mitos y misterios, y danzaría en cada recoveco de rituales e identidades.
¿Será que me gusta mucho festejar? O será que allí, como dice una zamba*, lo triste se vuelve fiesta. O mejor, y más textual, es el lugar donde mueren las tristezas.
* La zamba se llama "Como flor del campo", y es de Raúl Carnota.
miércoles, 10 de febrero de 2010
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2 comentarios:
Qué lindo, Lore!! Ya que te leo, necesito pedirte un favorcito... estoy trabajando en Contexto (la revista) y tengo que hacer una nota sobre los jóvenes estudiantes o profesionales que se van a Baires. ¿Te puedo mandar un mail con unas preguntitas? Si no te molesta, me vendría bárbaro. Mil gracias. Besos!!!
Amiga Lore, a mí me encanta el Carnaval también, pero no todos. Sólo el que vos describís tan bin en este post. El Carnaval en climas crueles, con temperaturas bajo cero como las de aquí, no es tan colorido, ni vistoso. Es demasiado solemne para ser Carnaval. Aprovechá que estás en el calorcito. Un abrazo grande.
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