sábado, 18 de octubre de 2008

Invisible a los ojos


Va, viene. Sube, baja. Copia, crea. Aparece, se va. Ríe, llora. Muestra, pero esconde. Ama, mientras odia y engaña. Divierte, me aburre. Juega, duerme. Trepa, se desliza. Susurra, grita. Come, ayuna. Hace, queda inmóvil. Toca, mira de lejos. Aplaude, abofetea. Destella, opaca. Mira, ignora. Gira, dobla, vuelve atrás, sigue derecho. Vuela, nada. Porque, en definitiva, nada por aquí, nada por allá. Y yo: claro que sí, cómo no. Total, es invisible a los ojos.

6 comentarios:

· dijo...

esa es la ventaja, el privilegio y la cruz de la gente, de los vinculos esenciales

Bruno Cirnigliaro dijo...

ay, si lo esencial no fuera invisible a los ojos; ahí sí que estaríamos totalmente perdidos!
Saludos

Lorena Tapia Garzón dijo...

Si fuera visible, no habría esencialidad, no? todo sería tan previsible, triste y superficial...
¡Bienvenido Bruno!
Salú por su regreso, ".

Anónimo dijo...

parece que mi regalo te inspiró para algo más que prender un pucho!!!! me alegro!!! jajajaj besosssss adri

Lorena Tapia Garzón dijo...

Jeje, viste Adri? Y aunque no lo creas, no volví a prender un pucho...

Carolina Wajnerman dijo...

Lo esencial es visible a los ojos
sólo hay que hacer
un poco más
de foco...

Fijate el poema titulado "4 de octubre - Encuentro "De este lado del mundo"

Besote!