viernes, 17 de octubre de 2008

Nostalgia de provincianitos

El otro día me puse a discutir con mi hermano (siempre discutimos, somos hermanos) sobre la violencia que reina en las calles. Surgió luego de que yo contara una pelea que tuve con el chofer de un colectivo, que sin razón alguna me re puteó cuando subí al bondi repleto y yo le contesté, sacadísima.

Mi hermano me decía algo así como que, con mi reacción, yo había actuado en consecuencia con esa violencia. Y yo le retrucaba que no, que el hecho de que esa violencia exista no significaba que yo tenía que quedarme en el molde y dejar que ese pobre hombre, cansado, violentado por la gente, sofocado por el tránsito, las bocinas y demás, me insultara gratuitamente sólo porque su vida era una mierda.

Después de discutir violentamente con mi hermano (siempre discuto así con él, hasta por la boludés más grande, es mi hermano), de burlarme de sus palabras y reírme en su cara (como cuando éramos chicos, porque sé que lo enoja), hicimos las pases (como siempre también, a los minutos ya somos amigos). Y me regaló un poema, que encontró por ahí. Tiene un tono nostálgico, arrabalero, bien de tango. Por eso, dice mi hermano, viene al caso. Porque “nosotros los provincianitos debemos tener una nostalgia bien parecida al tango”.

Impiedad

Se apelmaza en el tren, el bondi, el subte,
porque, día tras día, va a yugar.
Se calza el celular y la corbata
el walkman… y a engrupir su soledad.

Hay que aplastar al otro pa´ salvarse;
primero yo, gilito. Y nada más.
Todo el cemento cabe en su tristeza,
lágrima de concreto es la ciudad.

No están las parras
ni las guitarras,
las casas bajas
también se van.
Ya se perdieron
las serenatas,
la noche grata
se quedó atrás.
Cuando el tranvía
se tomó el piro
la mano amiga
no existió más.

Gambetea semáforos, bocinas,
esmog, neurosis y en su horizontal
convoy moderno donde sólo muere
apoliya su pena… ¡Y a soñar!

Sueña que es triunfador; no, poligriyo.
Busca la salvación: escolasear,
más sigue hastío, celular, corbata,
pena, walkman, rutina… su yirar.

Juan Carlos Giusti

7 comentarios:

Pedro Noli dijo...

Justo ayer hablabla con mi amigo Bruno Cirnigliaro (www.elreinodelreves.com) y como siempre él, que no habla una palabra de más, me recomendó Equipaje, de Juan Quintero. La comparto.

Voy hurgando pa' ver que llevo
sin olvidar destino y pasaje,
origen y documentos.
Me voy a un horizonte
tan difuso
y tan incierto
que mejor me llevo en norte
en una brújula que me invento
la palabra con el acento,
calma en el paso y ansia de abrazo
y la arenga del ser querido
que me despide y que me acompaña:
"metéle chango,
metéle fuerza y maña"...
Mañanitas de sol de Enero,
luna y lucero
canto y mirada,
llanto con su silencio.
El mate y la palmada amiga y franca,
la guitarra y el asado
llevo un lastre de cariño por todos lados
y el dolor del error pasado,
el daño que hei hecho viaja en el
pecho
Pa' tratar de matar los miedos
me llevo encima un poco 'e prudencia
y para sobre llevar la ausencia
la paciencia y nada más.
Cotidianos que pierdo el paso,
y desgarrándome en pedazos
me voy entero.
Y ya te estaré encontrando,
no se dónde y no sé cuándo
y mientras tanto largo esta copla
para que agite un poco el vacío
y que te abrace en el nombre mío
si no estoy más.

Lorena Tapia Garzón dijo...

No quiero imaginarme cómo queda esta copla con la música de Juan y la voz de Luna. Más mejor debe estar escucharla, ¿que no?

Lelé dijo...

Me encantó eso de "engrupir la soledad". Viví casi seis años en BA, estudiando lo mismo que vos, y creo que siempre sentí eso. Es más, creo que volví a Bahía Blanca, mi ciudad, para poner paños fríos. Y me enfrié. Saludos, un gusto.

Anónimo dijo...

jaja Buenisimo
taría piola que nuestras discusiones (violentas discusiones como bien lo dijiste hermanita) devengan siempre en estas resultantes. Pero una cosa hermanita: entender no es justificar, comprender no es complicidad. Creo que, a traves de la comprensión, las cosas pueden abordarse de otra forma, y la requete calentura depotricando puteadas, tal vez no sea la mejor. Pero bue, a lo mejor me equivoco.
Aunque creo que este post, y la consecuente reflexión antes del texto etc etc, son un pequeño ejemplo de ello. Me gusto un poco más que tus puteadas. De todas formas, ya encontraré otros motivos para pelearte, ni toda la internet puede albergar catarsis para nosotros jajaja.
besos

Lorena Tapia Garzón dijo...

No se enfríe lelé. El calor se consigue donde sea, siempre que uno lo genere, aunque para eso requiera de raspar dos piedras blancas para hacer chispas. Gracias por pasar, también. Salú!

Lorena Tapia Garzón dijo...

Gordo, no recuerdo la última vez que dijiste "a lo mejor me equivoco". Parece que esto sirvió para los dos, ¿no? jaja! Besos.

Mario A. Caruso | Periodista dijo...

De provincianito a provincianito: ¡Qué lindo escribís!

¿Te falta mucho para el libro?

Salute!