viernes, 23 de enero de 2009

Otro yo

Pon un poquitiño de esto y otro poco de aquello de más allá. Agrégale una pizca de lo que llevas ahí, pero no olvides esto otro. Échale más de eso. Sí, muy bien. Ahora cambia de lado. ¡Que cambies, dije! Mézclalo. Más enérgicamente. Así, perfecto. Ahora ponle más de esto, un poco de lo otro y eso de ahí. Déjalo macerar. Bien, estás aprendiendo. Amásalo fuerte. Estíralo. Córtalo. Juega con él. Perfecto. Gira el borde. Nooo, ¡así no! Más despacio. Ahora está mejor. Ponlo en el molde, lentamente. Bien. Estíralo un poco y tapa con él ese vacío. Que no quede ni un borde suelto, por favor. Rellénalo más, por las dudas. Un poco más. Ahora quédate ahí, quieto, hasta que quede sellado. ¡Quieto dije! Son sólo cinco minutos, ¡hombre! No te quejes que pareces marica. Listo, ya está. Descansa. Mañana, supongo, será otro yo.

5 comentarios:

Abi dijo...

Este yo, es muy muy muy muy mandón y obsesivo, dije muy muy sino quedo claro. Ja
Muy bueno.

Saludos

Lorena Tapia Garzón dijo...

Los vacíos obsesionan, amiga. Besotes

Diego Peluffo dijo...

Buenísimo, Lore.
Besos.

((Cioran el pirata)) dijo...

Permite que te explique que no tengo prisa, no importa que tengas algo mejor que hacer, así nos podemos quedar toda la vida, si accedo a todo esto es por verte contenta… y agacho su cabeza cual perro sometido y acato uno a uno los pedidos….jajaja (era evidente..querian ver a Lore feliz)

saludos!!!!

Juan Pablo dijo...

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