"Lucila tiene 14 años y no sabe cómo soportar su angustia. Ni siquiera sabe qué es lo que le provoca ese sentimiento. Silenciosa, ahora encontró una forma de taparlo. Sólo necesita una gillete para rajarse la piel de sus brazos. Cortársela. Que sangre. Que ese dolor del cual sabe el porqué le haga olvidar el otro dolor, ese que no tiene nombre."
Nota: Hoy pensaba en esos dolores que no tienen nombre, en esos vacíos que no tienen explicación que los rellene, en esas angustias que parecieran venir de la nada misma... Y recordé el comienzo de esta vieja y pequeña nota.
Una y otra forma
Hace 1 mes
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