viernes, 24 de abril de 2009

Y se murió, nomás

"Es domingo a la mañana en Santiago del Estero. El sol se olvida de que el verano, por orden del calendario, ha terminado. Y calienta como si uno tuviese un soplete en la nuca. El cielo es celeste furioso y está rayoneado con nubes.

Aunque el día es hermoso, el viaje comienza mal. En la puerta de la casa de Sixto Palavecino espera Rubén, uno de sus hijos. "El papi no está bien", anuncia, haciendo gala de esa costumbre santiagueña de llamar papi y mami a los progenitores, aún cuando el nene en cuestión tenga más de 50.

La idea era hablar con uno de los últimos referentes históricos del folclore argentino. Pero el poeta, cantante, "violinisto sachero" y difusor del quichua -ya es material de consulta su traducción del Martín Fierro, que le llevó casi una década- está enfermo. No tiene sentido preguntar qué le pasa. A los 94 años, uno tiene pleno derecho de enfermarse de cualquier cosa e incluso de cometer la imprudencia de morirse."

Y se murió, nomás.

Nota: El texto en entrecomillado es un extracto de la nota que escribió hace muy poco mi amigo y colega Diego Jemio. Estaba muy enfermo, Don Sixto. Así que tuvo que pensar cómo escribir una entrevista con un diálogo muy corto. Y supo hacerlo muy bien: con lindísimas e ingeniosas descripciones. La nota se titula "La leyenda del violín del monte", y se publicó el 19 de abril en Clarín Espectáculos.

2 comentarios:

Fernanda. dijo...

Precioso el texto de Jemio. La primera vez que lo leí se sentía a Santiago entre las frases.
En cuando a Sixto... murió a la tarde y no sabés lo que es el diario hoy!.

el_iluso_careta dijo...

una verdadera lástima...era hermoso escucharlo...
escuchando AC-DC - Track 12- Give It Up\AC-DC\Stiff upper lip