lunes, 22 de septiembre de 2008

Hoy soy de San Martín

No tengo idea de fútbol. Me aburre ver un partido en la tele. Odio escuchar hablar de fútbol todo el tiempo. Nunca fui a la cancha. Y jamás sería botinera. No sólo porque no tengo los atributos de las modelos y vedettes de turno, sino porque también me aburren los futbolistas que, no sólo no saben ni hablar, sino que su discurso es vacío de contenido. O al menos eso muestran los medios.

Sin embargo, debo confesar, a veces la cancha me da curiosidad. Me da curiosidad vivir tan en vivo y en directo esa pasión que genera en la gente. Ese delirio. Los cantitos guarangos, con ida y vuelta. Las camisetas chivadas y amontonadas en las tribunas, unidas por un incomprensible fanatismo exacerbado que lleva los mismos colores. Sobre todo ahora, que un equipo tucumano está en el ojo de la tormenta.

Entonces le empiezo a prestar más atención a la cosa. Y cuando me preguntan si soy de San Martín, digo que sí, orgullosa. Claro que antes un amigo me tiene que haber contado que golearon a River, sino me quedo en el molde, por las dudas. Algunos dicen que lo mío es cualquiera. Que cómo es eso de que ahora soy de San Martín y toda la bola. Pero yo digo que sí, que soy de San Martín ahora que es noticia. Y qué.

Que soy de San Martín porque es de Tucumán igual que yo. Porque me crié en su complejo deportivo, que quedaba a unas 10 cuadras de mi casa. Porque me chupé todas las colonias de vacaciones en ese lugar. Porque fue ahí que me quebré un hueso cuando me caí del pasamanos. Porque todavía tengo la marca en la tibia izquierda de esa quebradura, que me dejó tres meses toda la pierna enyesada y postrada en una silla de ruedas. ¿Saben lo que eso significa a los 7 años? ¿Saben lo que es rascarse con una aguja de tejer durante tres meses la piel pelada (de piel) y peluda (de pelos)? ¿Saben lo que es bañarse con una bolsa de consorcio atada a la pata, apoyada a su vez en una silla afuera de la bañadera, haciendo malabares con una sola pierna en medio de la ducha?

Pero además, en el complejo San martín tuve mi primer campamento. En su pileta aprendí a nadar. También allí pesqué mis primeras mojarritas con un vaso de plástico. En sus quinchos festejé mis primeros cumpleaños. Fue ahí donde conocí al primer chico que me gustó. En ese lugar presumí por primera vez. Ahí mismo fui a mis primeras fiestas de adolescente, las más famosas del Carnaval tucumano. Y así, puedo seguir horas enumerando.

No sé que va a pasar la semana próxima ni me importa. No sé si los Santos se la van a bancar mucho tiempo en la A. Tampoco quiero imaginar qué pasaría si la mafia tucumana dejara de ser la dirigencia del club. Ni siquiera tengo idea de quiénes son los jugadores, ni quien es el DT, ni nada. Pero hoy, señores, soy hincha de San Martín. Y qué.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Santo, San Martín... y la ciudadela!!!...
Hermoso encontrar tus recuerdos. Un detalle con lo de tu fractura: cuando llegué al sanatorio tus gritos se escuchaban desde la cuadra anterior (lo que significaba para mi, tu madre, que estabas viva). Al llegar vi una enfermera con una aguja enooooorme y vos, con la pata dura y dolorida, te corrías para que no te inyecte. ¿Te acordás?
Tu mamá

Lorena Tapia Garzón dijo...

Me acuerdo, sí. Por eso me enyesaron sin anestecia, porque no me la dejé poner. Me acuerdo de algo más, cuando tenía unos 5: te fuiste al club San Martín sin llevarme. Me dejaste llorando, con la malla puesta, en la casa, porque no sé qué cagada me había mandado. Es la primera (o más traumática)penitencia que recuerdo :)

Lorena Tapia Garzón dijo...

Anestesia :)

Anónimo dijo...

Aguante San Martín!!
Yo soy como la Lore, de futbol no entiendo un comino pero si hay que hinchar que sea por el club que te vió crecer... Eras brava eh?
Adri.

Martín dijo...

La descripción de la fractura y el yeso me hace preguntar: ¿no te traerá mala suerte el club?

Lorena Tapia Garzón dijo...

Martín: ¿Qué niño no se golpeó, quebró o lastimó alguna vez? Es sinónimo de que tuvo, al menos, una infancia movidita. Prefiero esa supuesta mala suerte y no haberme criado en un departamento, aunque no luzca ni un raspón :)

Anónimo dijo...

EEEhhhhh!!! seguís siendo brava! ¿no?

Anónimo dijo...

EEEhhhhh!!! seguís siendo brava! ¿no?

Anónimo dijo...

EEEhhhhh!!! seguís siendo brava! ¿no?

Anónimo dijo...

Por qué subieron tres comentarios? Yo hice uno sólo

Lorena Tapia Garzón dijo...

Por qué brava? Qué hice ahora? No me quebré, ni nada, te juro!

Anónimo dijo...

¡Arriba los Santos, Lore! Ojalá ganemos dentro de unas horas, en Rosario. Y ojalá sigamos en la A. Un abrazo.

Mario A. Caruso | Periodista dijo...

Ja.
Me gustó este blog que acabo de descubrir.
Te invito a visitar el mío.
Te queda cerca, ambos vivimos en San Telmo.
Salute!

Lorena Tapia Garzón dijo...

Gracias Mario. Voy a darme un par de vueltas por el tuyo. Salú!