domingo, 2 de noviembre de 2008

Alejar el olvido

Foto: Juan Jaramillo

Foto: Alonso Delgadillo


Cómo será, qué será, después de la muerte. Una pregunta que nunca me había hecho. Quizás de niña, pero no lo tengo presente. El día de los muertos para mí nunca fue. Lo único que recuerdo es que mi tía Juanita, que también ya murió, solía pedirle a mis viejos que ese día la llevaran al cementerio a visitar a sus muertos. Pero nada más. Ni siquiera tengo memoria de la última vez que fui al cementerio de visita.

Anoche participé por primera vez de una celebración por el día de los muertos. La organizaron unos mexicanos amigos. Levantaron un altar artesanal, hecho por ellos mismos de flores rojas. Allí depositaron ofrendas para sus muertos: alcohol, cigarrillos, muñequitos y dibujos de simpáticas y felices calaveras. Tan felices como la noche de fiesta. Porque para la tradición mexicana es eso, una fiesta que comparten los vivos y los muertos. Los muertos tienen permiso ese día para visitar a sus seres queridos vivos y festejar el reencuentro. Una fiesta que, dicen, aleja el olvido.

Me llenó de color. Recordé. Bailé hasta esta mañana con la tía Juanita, con la abuela Yuliet y el abuelo Fermín. Miré fijo los ojos azules de mi tío Pepi que no llegué a conocer, pero al que muchas veces le hablé. Y entonces me pregunté, por primera vez, cómo será, qué será, después de la muerte.

Comparto con ustedes una canción que hizo mi amigo Luigi Maderuelo. Se llama Cómo, y plantea el mismo interrogante que hoy me hago yo. Una especie de fusión de sonidos, voces, guitarras eléctricas, tambores, contrabajo y samples. Y hasta incluye un pedacito de la letra de Subo, una hermosa copla del Chivo Valladares. Para alejar el olvido.




10 comentarios:

Anónimo dijo...

Anoche tuve un extraño sueño: mi amiga Perla había venido a visitarme. Yo sabía que estaba muerta. Pero había venido a verme. Entonces yo marcaba el teléfono. 424... número a número, de memoria, como si ayer -y no hace 14 años- lo hubiera marcado por última vez. La hablaba. ¡Perla! ¡Qué alegría!... Luego de hablar con ella acaloradamente, como antes, sentía en mi cama (estaba en la cama, en el sueño) que alguien se metía. ¡¡Tía Juanita!! ¡¡Viniste a visitarme!!
Leyéndote me dí cuenta que, como en México, mis muertos anoche estuvieron conmigo. Malena

ElnorteñO dijo...

que alegría es creer en la posibilidad de compartir con las personas que en algún momento de nuestras vidas, nos brindaron la calidez de un amigo, el abrazo de un hermano, el consuelo de una madre o un padre y mas aun la gracia de una sonrisa pura que nos hizo olvidar algún mal momento con su compañía.

Que gracia la grandeza de él ser humano, que a través de un simple pensamiento puede lograr la eternidad de algún momento o de una persona y convertirlo en eternidad.

Disco Stu (Juan Rovira) dijo...

Excelente comentario, como siempre. Me hubiese gustado tener amigos mexicanos. Tengo una duda pendiente: si alguna vez voy a México visitaré, un dos de noviembre, la tumba de Don Ramón.¡Genio!

Anónimo dijo...

Cuando comenze a leer lo primero que vino a mi mente fue los recuerdos de la niñez en mi pueblo, ese dia era todo un acontecimiento familiar, obviamente era ir al cementerio, llevar flores y esas cosas... al mudarme a la urbe se perdieron todas esas costumbres. Lo segundo que recordé es que por esas circustancias de la vida me tocó estar en Mexico para esta fecha y recordad lo distinto de los festejos! muy buena la foto, yo tenia una parecida, pero me robaron la notebook los hijos de chingada del valet parking antes de regresar asi que solo tengo la imagen en mi memoria, hasta que funcione :P...

Saludos
Miguel

Bruno Cirnigliaro dijo...

los muertos no hablan en mis sueños... sólo me miran, sonriendo, y me regalanpaz, mucha paz... quizás la misma o apenas un pedacito de la que sienten ellos ahora mismo.
Los muertos no hablan en mis sueños. Sólo paz... la del paraíso.

Anónimo dijo...

al principio imagine seria una fiesta mas, cuando se fue armando la cosa mi hermana eugenia me dice ¿no vas a poner una foto de papa?, y sin estar muy convencido la puse nomas y la verda que fue un encuentro diferente, tome, cante y brinde con mi viejo en el altar de mis amigos mexicanos.
gracias lore por la cronica, en la casa muy contentos con la nota.
salu

Holden Caulfield dijo...

Todas las gracias imaginables por tus comentarios. Dame un tiempito para que te lea de punta a punta.

Aldana dijo...

Eres sueño de un dios; cuando despierte
¿al seno tornarás de que surgiste?
Serás al cabo lo que un día fuiste?
¿Parto de desnacer será tu muerte?

¿El sueño yace en la vigilia inerte?
Por dicha aquí el misterio nos asiste;
para remedio de la vida triste,
secreto inquebrantable es nuestra suerte.

Deja en la niebla hundido tu futuro
ve tranquilo a dar tu último paso,
que cuanto menos luz, vas más seguro.

¿Aurora de otro mundo es nuestro ocaso?
Sueña, alma mía, en tu sendero oscuro:
"¡Morir... dormir... dormir... soñar acaso!"
Miguel de Unamuno

Cuando lei tu post me acorde de este poema y quise compartirlo espero te guste

Lorena Tapia Garzón dijo...

Qué bueno que todos, de algún modo, podamos hacer que la muerte no sea sólo tristeza, pérdida, vacío, soledad. Qué suerte que aún existen ritos, sueños, altares, fotografías, poemas para recordar, para avivar la memoria, para alejar el olvido. Porque es la memoria la que nos hace personas. La que nos llena de vida. La que nos deja morir tranquilos…
Gracias a todos por las anécdotas y los comentarios. Gracias a quienes abrieron su casa y sus costumbres el sábado último. No sólo por su calidez, sino porque me ayudaron a recordar.

Anónimo dijo...

tejiendo la noche caminantes espiritus ,en el sueño llegas ,vives mueres ,tejiendo el silencio quietud movimiento,ambos puertos nacer morir; acontecer de un caminar , amanecer la vida es morir ,siguen los tambores sonando el aliento de luz , sin miedos ,saber que es preciso el suceder y de eso se trata aceptar en su ,nuestro dia de los muertos