miércoles, 4 de marzo de 2009

La espejeada

Hace poco me hablaron sobre una costumbre ancestral de la puna jujeña para presumir, galantear o “levantar” a un chango o una imilla (mujer coya). Y me encantó. Se llama la “espejeada”, un rito en el que el hombre acaricia desde lejos a la mujer que desea, por medio de los rayos del sol que se reflejan en un espejito que lleva en su mano. Ella camina por un cerro muy alejado al que lo cobija a él, pero la distancia no importa. Nada importa entonces. Si es correspondido, la mujer sacará su espejito y lo llenará de besos con los rayos del sol. Según la tradición, ese intercambio de soles los une en pareja sin casamiento de por medio. Es lo que se llama el “amañamiento”. Me pareció un rito hermoso. De pronto lamenté no tener la costumbre de llevar un espejito en la cartera.

6 comentarios:

el Rafa dijo...

Me voy a comprar un espejito :)

mariasca dijo...

Hermosa escena! Un beso, Noel

el_iluso_careta dijo...

relamente hermoso...
escuchando 10-FESTIVAL DE CORAZONES\ABUELOS DE LA NADA\1986 Cosas Mias

Anónimo dijo...

Espejo, espejito mágico... ¿cuál es el amor que en el cerro me espera?...

Juanjo Domínguez dijo...

Que sensacional costumbre. Gracias por compartirla, amiga. Un beso.

Luciana Poliche dijo...

Adhiero a Juan. Sensacional costumbre