Hace poco me hablaron sobre una costumbre ancestral de la puna jujeña para presumir, galantear o “levantar” a un
chango o una
imilla (mujer coya). Y me encantó. Se llama la “espejeada”, un rito en el que el hombre acaricia desde lejos a la mujer que desea, por medio de los rayos del sol que se reflejan en un espejito que lleva en su mano. Ella camina por un cerro muy alejado al que lo cobija a él, pero la distancia no importa. Nada importa entonces. Si es correspondido, la mujer sacará su espejito y lo llenará de besos con los rayos del sol. Según la tradición, ese intercambio de soles los une en pareja sin casamiento de por medio. Es lo que se llama el “amañamiento”. Me pareció un rito hermoso. De pronto lamenté no tener la costumbre de llevar un espejito en la cartera.
6 comentarios:
Me voy a comprar un espejito :)
Hermosa escena! Un beso, Noel
relamente hermoso...
escuchando 10-FESTIVAL DE CORAZONES\ABUELOS DE LA NADA\1986 Cosas Mias
Espejo, espejito mágico... ¿cuál es el amor que en el cerro me espera?...
Que sensacional costumbre. Gracias por compartirla, amiga. Un beso.
Adhiero a Juan. Sensacional costumbre
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