martes, 28 de abril de 2009

Inocencia endiablada

“¡Saquen al demonio! ¡Me persigue! ¡Sáquenlo!”. Esas fueros sus últimas palabras. Así se despidió de un lazo de complicidad que las unía. Alucinando y sin que ningún exorcismo posible pudiera aliviarla, gritó echando fuego por su cuerpo hasta que T tuvo que huir, llorando su desolación, de la habitación del hospital donde su tía J deliraba sus últimas horas.

T había compartido con J casi todo en su corta vida. Una vez, J le había enseñado a T a leer la borra del café -costumbre ancestral de la familia-, pero T nunca divisó allí tan estruendoso final: el día en que J despertó descarrillada, envenenada, y dejó de mirarla.

De repente, como si supiera que la muerte le rondaba, J prefirió la soledad de sus 80 años en la inmensidad de su antigua y descascarada casa. Sus ojos se transformaron y parecían destellar odio. Alechuzados de odio, parecían. Pero en realidad, su ternura se había transformado en dolencia de haberlo perdido todo: su marido, su único hijo y ahora su sobrina T, que de pronto le tenía miedo.

La salud de J se fue apagando, hasta que la internaron. Entonces T decidió visitarla, darle aunque sea el último beso, la última caricia, y decirle cuánto la quería. Pero J se transformó otra vez. El demonio estaba ahí. Se instaló ahí, entre las dos. Entonces T no pudo despedirse de su tía, que le enseñó mal a leer la borra del café. O lo hizo, sí, varios años después, endiablando su inocencia.

5 comentarios:

Word dijo...

El olor a muere es lo que enloquece, J lo sentía y no quería lastimar a nadie.

Besos!

Word dijo...

Lo pongo en otro comentario así lo borras si es que estoy diciendo burradas...

Pregunta… este párrafo es así? “...como si supiera que la muerte le rondaba, T prefirió la soledad de sus 80 años...”
No será J la que prefirió la soledad de sus 80 años?? Perdón si no es así.

Anónimo dijo...

Duro. Fuerte. Pero la muerte trae muchas veces el odio, el resentimiento. ¿No tendrá alguien derecho a "endiablarse" cuando sabe que va a morir?
Aunque sería mejor alegrarse por haber vivido...

Lorena Tapia Garzón dijo...

Tenés razón Word, es J. Ahora lo cambio. Gracias!!!

el Rafa dijo...

Me acorde de la escena de muerte de los 300 en la película:

- Es un honor morir a su lado.
- Fue un honor haber vivido entre ustedes...

Creo que nada que ver la relación... pero así es mi cerebro che

Abrazo Lore.