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Las imágenes del adiós a Néstor Kirchner, en The Big Picture.
Mientras te veía salir del vientre de tu vieja, no pude dejar de imaginarmelos a todos pariendo este conflicto originado en la avaricia de los poderosos y resistiendo el embate de estos personajes siniestros que manejan el producto de nuestro esfuerzo como se les da la gana. Y te imaginé dentro de unos años, preguntándome que estábamos haciendo el día que naciste. Y me imaginé respondiéndote: "Pariéndote junto a mis 180 compañeros".
Nota: A los fragmentos los extraje del blog de los trabajadores de Crítica. Para leer la carta completa, hacé click aquí.
Los Mayas son (todavía los hay y mantienen muchas de sus costumbres, tradiciones y hasta su lengua) unos genios. Y entre algunos descubrimientos que hice en México, está el de su medicina, que todavía practican.
Así, por ejemplo, traen sus hijos al mundo en sus propias casas con una partera/curandera encargada de recibir al niño: la madre se pone en cuclillas, de espaldas a la partera y de frente a su marido (partícipe activo), quien la abraza de frente... como los partos humanizados, pero sin tanta alharaca ni tanta guita de por medio.
De la misma manera, usan sus propias medicinas, a base de plantas e insectos. Ni más ni menos que la misma base que utilizan los grandes laboratorios, pero llenándose los bolsillos y llevándose todos los méritos. Otro de los descubrimientos, tal como lo indica el cartel adjunto: los dientes de las arañas son utilizados para el dolor de testículos.
Sí, existe el remedio. ¡Y lo inventaron los Mayas!
Una de las peores tiranías del periodismo es la inmediatez. El tener la información y toda su producción lo antes posible. No se si tanto para informar como para competir, pero todo tiene que ser ya. Entonces pasan cosas como tener de antemano todo el especial sobre personalidades públicas que, presumimos, están a punto de morir. El riesgo, claro, es cometer graves errores como el de Clarín, que vaya uno a saber por qué publicó la muerte de Sandro, y todo su material ya preparado, el 21 de noviembre, más de un mes antes de su muerte verdadera. Ahora que murió, usó el mismo especial, y trató de zafar cambiando títulos, epígrafes y fotos. Tanta fue la inmediatez que hasta se olvidaron de cambiar los tiempos verbales.
Como Sandro, hay muchas personalidades de las cuales los periodistas ya tenemos toda la necrología armada, la galería de fotos de su vida y trayectoria, los videos, las anécdotas, las frases célebres y no sé cuánta información más, para aprovechar la inmediatez en el momento en que finalmente se decidan a estirar la pata. Un caso: Maradona. Cuántas necros y recopilación de su paso por esta vida habremos escrito esperando su inminente muerte. Sin embargo, ahí está: vivito, coleando, dirigiendo la Selección y polemizando.
El año pasado esta lógica del ya mismo nos jugó varias malas pasadas: muchas, muchísimas fueron las muertes inesperadas de personalidades públicas que no nos dieron tiempo a tener armado nada de antemano. Y así estuvimos, a último momento, armando la muerte de Fernando Peña, Michael Jackson y otros tantos. A Sandro todos los teníamos ya por muerto, en parrilla, archivadito y esperando el momento para el zarpazo final. Y así nos fue. Errores, como el de Clarín, lo explican mejor.